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Por Jaime Rozas , 7 de enero de 2025 | 15:11Taller de barcos" de ASENAV: así opera el área que ha reparado más de 400 naves en Chile
Desde el mantenimiento del casco hasta complejas transformaciones estructurales
El Pacífico es conocido por ser un océano con aguas complejas. Por eso, las embarcaciones que navegan desde el extremo norte hasta los mares australes enfrentan desafiantes condiciones que exigen un mantenimiento constante para seguir operando de manera eficiente. Pero, ¿dónde se puede reparar un barco? Es ahí donde las instalaciones de ASENAV aparece como una alternativa.
Ya sea para transporte, pesca, exploración o defensa, todas ellas necesitan servicios especializados que aseguren su desempeño. Pero es mejor aún si estas instalaciones se encuentran en un entorno de agua dulce. Así al menos lo explican desde Astilleros y Servicios Navales S.A. (ASENAV), espacio donde se llevan a cabo proyectos de reparación y modernización, adaptados a las necesidades específicas de cada nave.
“El agua dulce de los ríos es mucho más amigable tanto para la fabricación, reparación, mantención e incluso transformación de los barcos. Esto porque el agua de ríos es mucho menos corrosiva que la del mar, que cuenta con un alto grado de salinidad en su composición y que acelera, por lo tanto, la vida útil de diferentes materiales como el acero”, indica Fernando Tessada, subgerente de Reparaciones de ASENAV.
A esto se suma también la experiencia. Desde 1997, el astillero líder en la costa Pacífico de América ha reparado más de 479 naves, consolidándose como un actor clave en la industria marítima. Sus instalaciones funcionan como verdaderos "talleres de barcos", equipados con tecnología de punta que permite ejecutar trabajos con altos estándares de calidad y en tiempos óptimos.
Actualmente, la plataforma de levante del astillero tiene capacidad para manejar embarcaciones de hasta 1.200 toneladas, con una eslora máxima de 75 metros y una manga de hasta 18 metros. Además, dispone de un amplio espacio para atender simultáneamente dos naves, asegurando flexibilidad en su servicio.
"Cada día que una embarcación está en reparaciones representa un impacto directo en las operaciones de nuestros clientes. Por ello, priorizamos la rapidez y calidad en cada proyecto, con tiempos que van desde dos semanas para mantenciones menores hasta más de un mes en transformaciones complejas, con el objetivo de garantizar que las naves vuelvan a operar en el menor tiempo posible”, agrega Tessada.
El proceso reparación comienza con la llegada de la nave, que ingresa navegando a una piscina especializada dentro del astillero antes de ser elevada mediante un ascensor vertical. Este sistema permite una inspección detallada del casco por parte de un buzo comercial certificado, quien realiza una revisión inicial para evitar daños y preparar la embarcación para el trabajo en seco. Luego, los primeros en intervenir son los granalladores, quienes limpian el casco utilizando granalla para retirar residuos incrustados. A partir de ahí, un equipo multidisciplinario trabaja de manera coordinada para llevar a cabo el mantenimiento.
Cada embarcación es atendida por un equipo base de 10 personas, que se amplía según las necesidades específicas de cada proyecto. Este puede llegar a incluir hasta 30 profesionales altamente calificados, entre ellos especialistas en hidráulica, carpintería, electricidad, soldadura, entre otros. Todos trabajan de manera planificada, asegurando que cada aspecto del proceso se ejecute con precisión, sin dejar margen para errores.
¿Qué tipo de reparaciones son las más comunes? Entre las más frecuentes destaca la inspección del casco para detectar posibles fallas, la reparación de sistemas de propulsión y el mantenimiento preventivo para proteger las embarcaciones de los efectos del agua salada. Según Tessada, "el mar es una fuente viva de materias que puede generar acumulación de incrustaciones, como moluscos y otros organismos marinos en la estructura. Esto puede afectar de distintas maneras, como aumentar el consumo de combustible y reducir la velocidad, por lo que mantener el casco limpio y liso es clave".
Además del trabajo de reparaciones, ASENAV se encarga también de transformaciones de naves que solicitan sus clientes. Estas van desde simples rediseños hasta complejas modificaciones estructurales, como el alargamiento de una nave o la adaptación de su uso para otros rubros.
Con cinco décadas de experiencia, la empresa valdiviana busca seguir apostando por esta área, ofreciendo soluciones integrales que garantizan la seguridad, eficiencia y prolongación de la vida útil de las embarcaciones que operan en las desafiantes aguas del país.
"El plan es ampliar nuestras capacidades operativas, mejorando la eficiencia y atendiendo nuevas demandas del sector, para ofrecer soluciones de mantenimiento y reparación cada vez más complejas”, concluye Fernando Tessada.
Acerca de ASENAV:
ASENAV es un astillero líder en la costa Pacífico de América que se dedica a la construcción de naves con alto nivel de ingeniería, destacándose por su calidad de construcción, versatilidad y entrega a tiempo. El astillero ha entregado satisfactoriamente más de 190 buques en casi 50 años de historia, tanto a armadores nacionales como extranjeros, pertenecientes a los mercados de acuicultura, ferry, soporte de plataformas de altamar, naves de turismo expedición, pesca y remolcadores, entre otros. ASENAV se destaca por la constante innovación de sus diseños y construcciones, siendo pioneros a nivel local en la utilización de diseños de vanguardia en distintos tipos de naves. En la actualidad, el astillero continúa aplicando tecnologías de última generación, como naves con sistemas de propulsión diésel-eléctrico e híbridos, posicionamiento dinámico, reducción de emisiones de gases, entre otros. La visión de la compañía es contribuir a la industria del transporte marítimo entregando a sus clientes soluciones sustentables que incluyan tecnología de vanguardia para la disminución del impacto ambiental, una mejor eficiencia en su operación.