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Por Jaime Rozas , 7 de julio de 2021Intesal y bloom de algas en el fiordo Comau: “El 95 % de las cosas se hizo bien”
A más de dos meses del término del evento, el gerente general del brazo técnico de SalmonChile, Esteban Ramírez, dio su visión acerca de la respuesta mostrada por la industria y los progresos ante este tipo de eventos.
Las casi 5000 toneladas de mortandad de salmones que se generaron en el fiordo Comau entre fines de marzo y abril producto de una floración de algas nocivas (FAN) volvieron a poner sobre la mesa el impacto ambiental de la industria salmonera.
El evento, provocado por la microalga Heterosigma akashiwo, afectó durante varias semanas a una decena de centros de cuatro empresas, siendo la más golpeada Salmones Camanchaca, que en tres centros registró la muerte la muerte de 1,6 millones de peces, equivalentes a una biomasa de 2700 toneladas.
El evidente atraso por parte de la compañía en el retiro de la biomasa y el impacto ambiental de la mortalidad en este rincón de la Región de Los Lagos revivieron el fantasma de 2016, cuando el extraordinario evento FAN de ese verano provocó la muerte de más 40 000 toneladas de salmón en la Región de Los Lagos. Por lo que no solamente hubo nuevos cuestionamientos por parte de organizaciones ambientales y sociales —que han vuelto a solicitar la restricción o retiro de la actividad salmonera desde fiordos—, sino también denuncias y querellas por daño ambiental por parte de Sernapesca y la Armada, además de la investigación llevada a cabo por la Superintendencia de Medio Ambiente.
A dos meses del término del evento, desde Intesal compartieron sus reflexiones de lo ocurrido. Así lo hizo en un reciente punto de prensa Esteban Ramírez, gerente general de la entidad que funciona como el “brazo técnico” de SalmonChile.
“Si uno ve la globalidad del problema de lo que ocurrió hoy día, uno dice: nada se fue a vertedero, el 95 % de las cosas se hizo bien. Lo que pasa es que estamos pegados en algo (Camanchaca) que está en investigación, que no nos gusta del todo, por lo menos cómo se vio desde afuera. Habrá que ver qué pasó, pero en la globalidad, uno dice 95 %, perfecto, nadie dudó, nada se fue a un vertedero”, aseguró el ejecutivo.
En contraste con lo ocurrido en febrero y marzo de 2016, cuando se vieron afectados 45 centros concentrados principalmente en el seno y estuario de Reloncaví y la industria no estaba preparada para una catástrofe de esas proporciones, Ramírez agregó que la respuesta hoy fue todo lo contrario y que sí ha habido avances.
“Aparecieron sistemas de respuesta que no se habían usado con la misma eficiencia ahora como fue rápidamente retirar peces y moverlos, cosa que antes la regulación no lo permitía. Apareció el sacar mortalidades con PAM (pesqueros de alta mar) rápidamente, y llevarlos para hacer harina de pescado. Entonces apareció toda una logística que demuestra que ha habido avances", sostuvo. “De hecho, si uno revisa, la capacidad de almacenamiento se duplicó, la capacidad de procesamiento se duplicó, la capacidad de extracción está duplicada”.
Sin querer referirse a la situación de Camanchaca, el gerente general de Intesal agregó que “evidentemente” se puede seguir mejorando la capacidad de respuesta y aprender de estos nuevos episodios.
“Nosotros todavía estamos trabajando con el caso de lo que ocurrió ahora. Estamos revisando qué desde el lado nuestro podemos recoger para decir hacia adelante miremos esto, que no se ha mirado. Pero en general, mi mirada es que ha habido muchos avances y, es cierto, todavía hay que pensar: ¿ok, y si fuera como el 2016?".
En este sentido, agregó que la industria sigue trabajando en aquello. “Las empresas han ido poniendo mayores resguardos en el sentido de más equipos para responder mejor, para salir más rápido, para mejorar la logística. Cada empresa individualmente lo está haciendo, nosotros también hemos visto eso. Han aparecido, sistemas extractores y ensilajes móviles, que tampoco estaban antes. Y nuestro afán entonces hoy día es buscar como ya, dónde podríamos todavía ir generando situaciones en las que se pueda mejorar".
Ante la posibilidad de volver episodios de gran magnitud como en el 2016, Ramírez agregó siempre cabe la posibilidad de tener “un terremoto mayor” al cual uno está preparando. “Esperemos que eso no ocurra, pero evidentemente las empresas están todas trabajando, y nosotros también para responder mejor”.
También consultado sobre si la industria piensa adoptar una nueva estrategia ante los eventos de este otoño, Ramírez afirmó que por lo menos como Intesal siguen trabajando sobre la base de los “pilares” adoptados desde 2016, centrados en mejorar la capacidad de respuesta, en investigar y profundizar los conocimientos sobre estos fenómenos, el monitoreo y la prevención. “Entonces la estrategia no ha cambiado en nada, al menos de parte nuestra […] de seguir trabajando en esos pilares para poder ir mejorando la situación”.