Investigación & Desarrollo
Por Jaime Rozas , 9 de agosto de 2021Salmonicultura y pesca artesanal se unen para desarrollar proyecto de acuicultura multitrófica en Aysén
Iniciativa desarrollada por Blumar, SalmonChile y la Universidad de Aysén inició las primeras siembras de algas en centros salmoneros. Proyecto tiene potencial de impulsar el desarrollo del mundo pesquero artesanal, como también potenciar la sostenibilidad de la industria.
La acuicultura multitrófica integrada permite que los residuos biológicos de una especie sean utilizados como aportes para el cultivo de otra. Se trata de un sistema con experiencias exitosas a nivel mundial, pero prácticamente inexistente en Chile, aunque tiene el potencial en nuestro país de constituirse como un mecanismo para absorber y aprovechar parte de los nutrientes de la actividad de engorda del salmón.
Y también presenta una gran oportunidad para potenciar el desarrollo de la pesca artesanal.
Así lo ven en Blumar, la Universidad de Aysén y SalmonChile, quienes desde hace casi un año están trabajando en el marco de un proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Aysén, que busca vincular la industria con la ciencia a través de la acuicultura multitrófica integrada.
Proyecto piloto
La iniciativa consiste en el desarrollo de un programa piloto para el cultivo de algas en centros de cultivo de mar. La investigación busca demostrar la capacidad de estos sistemas de producción para desarrollarse en forma eficiente y sostenible económica y ambientalmente.
“En este caso, el piloto busca convertirse en un mecanismo para que los nutrientes y los residuos orgánicos que aporta la actividad al ecosistema sean asimilados por las algas —detalla Hernán Rebolledo, encargado territorial de SalmonChile en Aysén—, a la vez que las mismas ayudan a disminuir los efectos de los gases de efecto invernadero”.
La especialista en algas de la Universidad de Aysén, Marcela Ávila, que participa del proyecto junto a un equipo de investigadores de la casa de estudios, destaca los elementos importantes de este tipo de cultivos: “Lo primero es la bioremediación, es decir, que es capaz de remover cierto de tipo de desechos que podrían causar impacto en el medioambiente; estabilidad económica, pues son recursos con valor; buenas prácticas, porque en el fondo lo que estamos haciendo es utilizar de mejor forma el ecosistema y una mayor aceptabilidad por parte de la sociedad”, puntualiza la investigadora.
El proyecto se ha dividido en dos etapas: la primera comenzó en agosto de 2020 con un monitoreo ambiental y oceanográfico que consideró la toma de registros estacionales de parámetros físicos, químicos y biológicos para el levantamiento de una línea base.
La segunda fase, en tanto, se inició en junio con la siembra de las especies Gracilaria chilensis (pelillo) y Gigartina skottsbergii (luga roja) en dos centros de cultivo de Blumar ubicados al norte de Puerto Aguirre (barrio 30A), aunque finalmente se optó por cultivar las dos especies solo en el centro ubicado en la isla Orestes (código 110630).
Cada cultivo será acompañado de un estricto seguimiento productivo de las variaciones de tamaño y biomasa de las algas, para determinar tasas de crecimiento y calidad de las mismas.
Vinculación con la pesca artesanal
“Este proyecto puede ser un salto relevante para mejorar el desempeño de la industria del salmón con el ecosistema, la academia y la pesca artesanal. El desarrollo de la acuicultura multitrófica puede ser un camino para acortar las brechas que existen en la actividad y un paso más para avanzar en la carbono neutralidad”, asegura el gerente de Farming de Blumar, Pedro Pablo Laporte.
La iniciativa ha sido llevada adelante con el apoyo de algunas organizaciones de la pesca artesanal de isla Las Huichas, ya que el consumo de algas para diversos usos —como la industria cosmética, el consumo directo y la producción de biogás— está en alza y Chile tiene grandes perspectivas como potencial exportador de este producto. Esto transforma esta instancia en una oportunidad de colaboración para los pescadores y las comunidades del litoral de Aysén, quienes se harán cargo de la explotación sustentable de estos bancos de algas. Asimismo, también permite darle uso a concesiones acuícolas que de lo contrario pueden caer en causal de caducidad por no operación.
“En los últimos años, la industria del salmón ha iniciado un camino de vinculación decidido en los territorios —agrega Hernán Rebolledo—. Parte de ese proceso es aportar valor a través de nuestra actividad, propiciando la reconversión de pescadores artesanales con oportunidades concretas que, además, se traducen en beneficios ambientales para toda la región y el país”.
La primera cosecha de algas será en octubre de este año. En conjunto con este hito, se analizarán los resultados preliminares y las oportunidades de mejora para lograr desarrollar esta actividad de forma eficiente y sostenible.
“Este proyecto apunta a generar información de valor para que los científicos, la industria y la pesca artesanal puedan buscar la mejor solución para el desarrollo de una nueva actividad a partir de una ya existente, ayudando a la primera a ser más sostenible e integrando a la pesca artesanal a un modelo de colaboración que estrecha aún más los lazos entre ambos sectores, en un territorio que compartimos y en el que queremos y debemos relacionarnos en forma armónica — asegura Pedro Pablo Laporte—. Sin duda el beneficio es para todos”.