Investigación & Desarrollo
Por Jaime Rozas , 12 de agosto de 2021Estudio demuestra relación significativa entre brotes del piojo de mar, densidades de cultivos de salmón y temperatura del agua
Investigadores plantean que se debe desarrollar un modelo regulatorio que evite que coincidan los máximos niveles de biomasa en centros con incrementos de la temperatura del mar, para minimizar la intensidad de brotes de C. rogercresseyi durante la primavera-verano.
Un estudio reciente que analizó la dinámica temporal y magnitud de las densidades de cultivo de especies salmonídeas y de la temperatura superficial del mar en Chiloé, demostró la existencia de una asociación significativa y marcada entre brotes de Caligus rogercresseyi, también conocido como “piojo de mar”, con las densidades de cultivo en balsas jaulas y la temperatura del agua.
El trabajo —publicado en la revista Aquaculture y realizado por científicos del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola INCAR de la Universidad de Concepción— encontró patrones repetitivos (señal periódica) en los brotes de caligus, los cuales estarían asociados en un gran porcentaje (superior a un 50 %) con la dinámica productiva de los centros de cultivo, la cual se inicia con la fase de engorda en agua de mar, seguido por la cosecha y un período de descanso sanitario.
Esta dinámica, que se repite cada dos años, forma ciclos bienales, los cuales influyen marcadamente en la variabilidad en abundancia e intensidad de los brotes de las hembras ovígeras (HO), es decir, de las hembras adultas con sacos ovígeros, que son las estructuras que contienen los huevos de este parásito.
Brotes de caligus
La investigación se enfocó en analizar la dinámica temporal de los brotes de caligus ocurridos entre 2012 y 2018 en los centros de cultivo pertenecientes a las Agrupaciones de Concesiones de Salmónidos (ACS) 10A y 10B —ubicadas en Chiloé central—, por tratarse de una de las zonas más afectadas en la última década por brotes de C. rogercresseyi, especialmente durante el período de primavera-verano.
Un resultado relevante del estudio fue la detección del efecto continuo que la temperatura del agua tiene sobre la tasa de desarrollo del piojo de mar a lo largo del año: se detecta una señal anual marcada (ciclo anual) y que explica entre un 10 % y un 20 % de la variabilidad en abundancia de las HO durante el período de estudio.
De esta manera, el efecto de la temperatura sobre la duración del ciclo de vida de caligus se volvería más relevante durante la época de primavera-verano, generando brotes de mayor intensidad del ectoparásito cuando el aumento de la temperatura del agua coincide con elevados niveles de densidades de cultivo de los peces (sincronía entre ciclo bienal y ciclo anual), y brotes de una intensidad menor cuando el aumento de la temperatura no coincide con niveles elevados de densidades de cultivo (asincronía entre ambos ciclos).
Todos los análisis se realizaron utilizando ondículas (wavelets), las cuales constituyen una de las herramientas matemáticas más eficientes para el análisis de series de tiempo epidemiológicas, ya que permiten descomponer una serie de tiempo, extraer las señales que en ellas predominan y cuantificar la importancia relativa de las señales que componen la serie analizada. De esta forma se pudo detectar que, el efecto de las densidades de cultivo de salmónidos sobre la abundancia de hembras ovígeras (HO) es casi instantáneo —el desfase entre ambas series de tiempo no supera las 1,5 semanas—, y además que este efecto se ha incrementado a través del tiempo.
De acuerdo con los investigadores, “esto permitió detectar umbrales de densidades de cultivo (11 kg/m3) y de la temperatura del agua (12,5 °C) por sobre los cuales la posibilidad de generarse brotes de caligus de gran intensidad es bastante alta”.
Modelo regulatorio
El caligus representa uno de los principales problemas sanitarios que enfrenta la industria salmonera desde la década de los 90, y en conjunto con el virus de la anemia infecciosa del salmón (ISAv), fueron determinantes en la mayor crisis de la industria salmonera ocurrida durante el año 2007.
Este ectoparásito se alimenta del mucus de los peces, por lo que provoca lesiones en la piel y estrés y deja a los ejemplares infectados más susceptibles a enfermedades bacterianas o virales. Sólo en términos económicos, el costo unitario de producción de salmónidos se ha incrementado en 1,4 US$/kg al considerar los tratamientos antiparasitarios aplicados a los peces a través de los alimentos o baños sanitarios, lo que amenaza la sustentabilidad de la industria salmonicultora nacional.
Por lo mismo, el estudio plantea que las investigaciones a realizarse en el futuro deben centrarse en el desarrollo de un modelo de regulación de las densidades de cultivo de salmónidos que considere la variación periódica de los ciclos de cultivo y de la temperatura superficial del mar. De esta manera, se evitaría “que coincidan durante un mismo periodo de tiempo elevados niveles de temperatura y densidades de cultivo, ya que este escenario promovería inevitablemente intensos brotes de hembras ovígeras en la zona de estudio”.
Los autores de estudio son el Dr. Rodrigo Montes, Dr. Renato Quiñones y Dr. Cristian Gallardo-Escárate. Un resumen del trabajo —en inglés— se puede leer en el siguiente enlace: