Industria
Por Jaime Rozas , 28 de octubre de 2020

Pese a la pandemia, la industria del mejillón respira tranquila

Choritos en planta de proceso. (Cedida)
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Tras unos primeros meses de incertidumbre, el sector mitilicultor goza hoy de estabilidad en los mercados y una producción sin sobresaltos, lo que hace soñar con un buen 2021.

Un escenario oscuro era el que se vislumbraba en marzo de este año para la industria del mejillón.

Si la llegada de la pandemia de covid-19 a Chile prometía serias disrupciones en la actividad acuícola, también los productores observaban con preocupación cómo países como Francia, Italia y España eran fuertemente golpeados por la primera ola de contagios que arrasaba con Europa. ¿La razón de la inquietud? Pues justamente eran los principales mercados de destino del chorito nacional.

A pesar de aquella incertidumbre inicial, a siete meses de la llegada del covid-19 a nuestro país, hoy la industria respira tranquila. Es más: después de los caóticos y difíciles primeros meses de pandemia, hoy puede hablar con optimismo.

Los números hablan por sí solos: de acuerdo a cifras de ProChile proporcionadas a Diario Acuícola —en base a información de Aduanas—, entre enero y septiembre de 2020 las exportaciones de mejillón acumulan retornos por 205 millones de dólares, un alza del 15,2 % en comparación con 2019. Una suerte totalmente distinta a la que ha vivido estos últimos meses la industria salmonera nacional, que ha visto reducir sus ingresos este año en más de un 15 %.

España, el mercado más grande del mejillón chileno —con un 20,34 % de participación—, tiene un alza del 22,8 %, mientras que en países como Rusia, Francia e Italia, los ingresos han crecido en un 16,9 %, 17,1 % y 17,2 %, respectivamente.

¿El motivo? Por un lado, una demanda estable. Si bien el mercado de los hoteles y restoranes han decaído, la venta directa en supermercados se ha consolidado, lo que ha compensado la realidad del sector Horeca. 

Pero otra explicación es un cambio favorable: si al 30 de septiembre de 2019 el dólar se cotizaba a $ 725, en marzo de este año se llegó a empinar por sobre los $ 850. Ahora, a fines de septiembre, registraba $ 784.

“Afortunadamente tuvimos un año con un rendimiento en materia prima más alto de lo normal y, por ende, las plantas pudieron producir un volumen de producto terminado mayor, lo que, acompañado por una constante demanda mundial y mejores precios, hizo que la temporada termine con exportaciones mejores a las esperadas. Además, el precio del dólar nos jugó a favor y nos está jugando a favor”, resume Pedro Pablo Ovalle, presidente del Comité Comercial de la Asociación de Mitilicultores de Chile, AmiChile.

“Esperamos que esta tendencia alcista del retail se mantenga para el próximo año”, agrega Ovalle, “y que el canal Food Service pueda recuperarse lo antes posible y pueda retomar el consumo que venía teniendo hacia mediados del año pasado”.

Productores independientes

Los productores pequeños también están hoy más tranquilos, aunque ellos probablemente vivieron los momentos más duros en los primeros meses de pandemia, pues el cierre de tráfico entre la provincia de Chiloé y el continente, más la instalación de barreras sanitarias, ralentizó y provocó problemas en la cadena de producción durante las primeras semanas. 

Ese fue el caso con los productores de semillas en Cochamó. “La verdad que nos complicó bastante. En algún momento no pudimos sacar nuestro producto. Las plantas no podían recibir estos choros grandes, entonces se generó un taco, en virtud de que nuestros clientes (productores grandes) no podían ingresar el producto a las plantas, y nosotros no podíamos abastecerlos de semilla”, relata Cristian Arenas, presidente de la Federación de Pescadores y Mitilicultores del Estuario del Reloncaví.

Llegaron al extremo que la baja de demanda de semilla provocó que algunos centros se “cargaran” —por no poder sacar el recurso del agua— y producto del peso se hundieran.

A pesar de estas dificultades, Arenas dice que pudieron retomar la actividad a partir de julio. Hoy se encuentran colgando colectores para el periodo de captación de semillas. El principal problema en estos últimos meses ha sido los atrasos en los pagos de proveedores, pero asegura que “es entendible a raíz de la pandemia”.

De todas formas, asegura que el sector de los semilleros y pequeños mitilicultores hoy se está levantando: “La gente está hoy día trabajando y eso es importante, y vamos viendo que el escenario se viene próspero para el próximo año, si pensamos que la pandemia se pudiese controlar. Creemos que podemos tener un año exitoso”, dice Arenas.

Tranquilidad que comparte Ana María Pineda, presidenta de la Asociación de Mitilicultores de Hualaihué. Al igual que su par de Cochamó, afirma que en su comuna los meses de marzo y abril fueron complejos, pero hoy trabajan bajo una “nueva normalidad” propiciada por la crisis sanitaria.

“Nosotros hemos cosechado. Podríamos decir que la pandemia nos ha afectado en el sentido de que las nuevas precauciones que hay que tener y que es más lento el proceso, pero hemos podido hacer lo que nos corresponde como trabajo. Estamos más lento, pero seguimos haciendo las cosas como corresponden”, asegura Pineda.

A esto también se suma la ayuda prestada por el Estado. En el mes de julio el Indespa lanzó un concurso dirigido a pequeños mitilicultores —con un monto de hasta $ 590 millones— para financiar análisis y muestreos de marea roja, adquisición de boyas y embarcaciones de trabajo. Los resultados fueron adjudicados recién el pasado 22 de octubre. En total, más de un centenar personas u organizaciones fueron beneficiadas.

Incertidumbres

Si existen dudas, la más atingente es la aparición de brotes de covid en plantas de proceso. Eugenio Yokota, director de la Asociación de Mitilicultores de Calbuco, dice que las empresas se han adaptado bien, con todas las medidas de resguardo que exige la autoridad, “pero estamos siempre con el temor de que podemos tener un caso positivo y eso significa el testeo de las personas y un periodo de que no pueden ingresar a la planta antes que se confirme el caso positivo o negativo”. 

También lo es la siembra efectiva durante este periodo, pues la ralentización de la cadena productiva hizo que las empresas grandes privilegiaran sus propias cosechas, en desmedro de productores independientes, lo que también alteró la disponibilidad de líneas.

“Las plantas obviamente priorizaron primero cosechar su producción, porque eso ya estaba pagado, y disminuir la compra de terceros, que significa sacar recursos del banco para poder comprar. Se produjo un cambio en el origen de la materia prima que ingresa a planta, y eso yo creo que va a seguir un poco la lógica. Lo más probable es que ahora empiece a haber un mayor consumo de productores independientes. Yo creo que probablemente también la siembra este año va a ser también probablemente un 20 % menos”, vaticina Yokota.

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