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Por Jaime Rozas , 14 de mayo de 2021Oceana califica como "preocupante" la histórica producción de la industria salmonera en 2020
Según cifras preliminares de Sernapesca, la salmonicultura nacional cosechó 1 075 896 toneladas en el último año, la cifra más alta en su historia. La directora ejecutiva de la organización medioambiental también lamentó que haya aumentado el consumo total de antibióticos.
De acuerdo a cifras preliminares del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, la industria salmonera alcanzó una producción de 1 075 896 toneladas en 2020. De esta forma, la salmonicultura por primera vez superó la barrera del millón de toneladas de cosecha y, de paso, volvió a anotar un nuevo récord de producción en la historia.
Así lo dio a conocer Sernapesca, tras publicar hace unas semanas el informe de uso de antimicrobianos en salmonicultura correspondiente al 2020.
Según al reporte, en el último año la industria utilizó 379,6 toneladas de principio activo, lo que se tradujo en 352,8 gramos de antibióticos por tonelada cosechada, cifra que a su vez equivale a un Índice de Consumo de Antimicrobianos (ICA) —la relación entre la cantidad de principio activo utilizado (en toneladas), dividido por la producción de salmónidos del año (toneladas)— de 0,035 %.
En comparación, durante 2019 las empresas productoras utilizaron 334,1 toneladas de antibióticos y cosecharon 989 546 toneladas —el segundo registro más alto en la historia—, igual a 337,2 gramos por tonelada producida y un ICA de 0,034 %.
Ante los resultados 2020, Oceana Chile calificó como “preocupante” lo reportado por Sernapesca, tras ser consultada por Diario Acuícola acerca de las cifras del nuevo reporte ¿La principal razón? El alto volumen de producción que alcanzó la industria durante el último año.
“Lo que más llama la atención de las cifras del informe es que por primera vez la industria salmonera superó el millón de toneladas producidas, cuestión que es preocupante”, afirmó Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de la organización medioambiental, “sobre todo pensando en los problemas sanitarios que tiene la industria como son el manejo de las mortalidades, los constantes escapes y el elevado uso de antibióticos y antiparasitarios, lo cual habla de un manejo deficiente por parte de la industria”.
La ONG ha tomado un rol activo durante la última década en que se transparente el uso de antibióticos por parte de la industria. A sus batallas legales para lograr que Sernapesca entregue el detalle de utilización de antibióticos por empresa —ante la oposición de la mayoría de las compañías—, también se suma el ranking de uso de antibióticos por compañía que ha elaborado, con cifras desde 2015 a la fecha.
Si bien las cifras 2019 y 2020 están lejos del peak alcanzado en 2015 —557,2 toneladas de antibióticos y una producción de 883 102 toneladas, equivalentes a 630,9 gramos por tonelada cosechada—, también muestran que la tendencia a la baja se ha estabilizado en los últimos tres años.
“La estabilización de los índices indica que, al aumentar la biomasa, lo único que podemos esperar es que el índice vaya subiendo en vez de bajar”, agregó la directora ejecutiva de Oceana Chile. “Además, vemos un aumento del consumo total de antibióticos que es casi de un 15 %, lo cual es sumamente preocupante para el medio ambiente natural que rodea a la salmonicultura, ya que en diversas publicaciones ya se ha demostrado la resistencia bacteriana que ha provocado el prolongado uso de estas sustancias”.
Van der Meer también recalcó su inquietud de que siga aumentando la producción, “cuando los problemas sanitarios que enfrenta la industria son bien conocidos y se han evidenciado cada vez más. A eso se suma la urgente necesidad de aumentar la fiscalización en terreno", sostuvo, “y disminuir la sobrecarga de balsas jaulas que existe en los fiordos del sur de Chile”.
Por último, la directora ejecutiva de Oceana también recordó que Noruega utiliza menos 1 gramo por tonelada cosechada, muy lejos de 352 gramos por tonelada de la industria chilena.
“Creemos que la industria debe seguir bajando el uso de antibióticos”, afirmó. “Queda un gran trecho para acortar esa diferencia que todavía sigue siendo abismante”.