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Por Roberto Gaete , 13 de noviembre de 2020“El desafío comunitario es permanente”
El gerente de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos de Multiexportfoods, Francisco Lobos, contó las claves del modelo que ellos están impulsando, para alcanzar la ansiada “licencia social”.
En el marco del segundo panel de la primera jornada del Aquaforum 2020, relativo a las “Comunidades: Actor imprescindible para el desarrollo de la industria acuícola”, expuso el gerente de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos de Multiexportfoods, Francisco Lobos; sobre ese vínculo, entendido como un elemento central de la estrategia de sustentabilidad de dicha compañía.
Recordemos que Multiexport es una empresa que tiene dos mil 600 empleados y anualmente opera cerca de 40 centros de cultivo. En materia de resultados, se reportaron ventas por más de 560 millones de dólares durante el 2019, y produjeron alrededor 100 mil toneladas. Tiene presencia en las tres especies de salmónidos, pero es el principal productor de salmón ahumado en el país.
La compañía ha declarado, en su marco estratégico, que ha puesto la sustentabilidad en el centro del negocio. Y esto, en todas sus dimensiones, acota Lobos, “Por eso damos cuenta de la vinculación de la compañía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas al 2030, e informamos al mercado de los estándares alcanzados en los procesos en los distintos productos”.
Territorio
“La estrategia fue desarrollada a partir de múltiples diagnósticos, que daban cuenta de varios dolores que la industria tenía y cómo Multiexports podía ser parte de la solución de dichos problemas. Para nadie fue extraño, por ejemplo, que en la encuesta Cadem del último trimestre del año pasado, éste era uno de los sectores en que menos confiaba la gente a lo largo del territorio. Por ello, diseñamos una estrategia de sustentabilidad que abordaba seis pilares”, parte diciendo Lobos. Los cuales detalla. “Uno, tenía que ver con cómo la compañía iba a trabajar respecto de un enfoque de desarrollo sostenible. Dos, cómo se iban a alcanzar estándares de alto desempeño, muchos de ellos asociados a desafíos de huella de carbono o a modelos de circularidad, como por ejemplo el uso de recursos marinos en nuestras dietas. Luego está un modelo de sociedad y cultura, cómo queríamos que Multiexport, y la gente de Multiexport se relacione hacia adentro y hacia afuera de la empresa. Un modelo de vigilancia y certificación, en términos de cómo conseguimos estar actualizados en cuanto a lo normativo, pero también cómo la compañía se enfrenta a determinados estándares; reportabilidad y transparencia, y por último una estrategia de comunicación corporativa, que apuntara a ganar reputación como compañía”.
Y en ese contexto, Lobos admite que el relacionamiento comunitario es transversal a todos esos pilares, “pero cuando discutíamos dónde lo colocamos, coincidimos en el enfoque de operaciones sostenibles, porque atendía los principales dolores levantados por la industria en ese momento. Y definimos que el 100% de nuestras comunidades debían tener un plan de relacionamiento”. Recordemos que la compañía tiene presencia en cinco regiones, en 22 comunas y en 38 localidades, partiendo desde La Araucanía hasta la Región de Magallanes.
Tres ejes
“Para ello definimos tres ejes de trabajo. La primera tenía que ver con un plan activo del vínculo; establecer canales de comunicación que sean claros y conocidos por toda la gente en cualquiera de estos 40 puntos donde operamos e incluso en algunos otros donde no operamos, y el diálogo permanente, para construir confianza.
Segundo eje, inversión social para el desarrollo. Cómo a partir de los recursos de la compañía o de las gestiones que podía realizar, se mejora la calidad de vida la gente en el territorio. Y tercero, ver cómo a partir del área de comunidades, generamos conciencia social; a partir del cuidado ambiental, de la educación, del apoyo en la gestión de residuos, etc”.
El ejecutivo mostró algunos ejemplos de trabajos conjuntos que han impulsado en diversos territorios, detalló las alianzas locales que han realizado y las facilidades que ofrecen para que estudiantes hagan pasantías o accedan a sus centros de cultivo; explicitando las capacitaciones que han promovido y el descubrimiento de talentos acuícolas en sectores apartados. Y relevó un aspecto que no es menor, como es el apoyo que han realizado para emprendimientos comunitarios de pequeña escala.
“El desafío comunitario es permanente. Y sin ser soberbios, debemos decir que esta receta a nosotros nos ha funcionado. Primero, el comprender el contexto. Escuchar, ver, estar atento. Lo segundo ha sido profesionalizar la relación comunitaria. Alejarnos un poco de lo intuitivo, incorporando a profesionales con experiencia en temas sociales. No siempre lo que los ejecutivos de las compañías pensamos, es lo mejor para la comunidad. Y en tercer lugar, diría que es importante cultivar la relación y hacer un seguimiento de los compromisos. Cuarto, siempre que hay que estar presente, en las buenas y en las malas. Y por último, y quizás lo más importante, es que si nos equivocamos, hay que enmendar y corregir. Y tratar de reestablecer las confianzas rotas por un hecho puntual. Las consecuencias de esto, tienen que ver luego con la buena convivencia, con las oportunidades de desarrollo, y con cómo logramos una licencia social, de una ciudadanía informada”, concluyó.